jueves, 28 de julio de 2011

Escuchar, entender.

No hay nada como una nebulosa de mis colores favoritos para hacerme creer que floto en medio de un espacio en el que el vacío no haría de mí un amasijo de tripas. No he probado drogas duras, pero como ya sabemos no me hacen falta. Una especie de ácido lisérgico que corre por mis venas hace de este mundo, mi mundo, algo real. Hay veces que no lo soporto y mi cabeza está a punto de explotar. Las sensaciones se acumulan como la gente en la cola del INEM y quiero morirme agarrada a la cama como si estuviera cayendo por un túnel de infinidad de cosas. Otras, como esta, que nada y todo tiene sentido a la vez y sé que veo cosas que nadie ve. Siento cosas que nadie siente. Soy sabia e ignorante al mismo tiempo, ciega y clarividente.
Odio cuando un médico escribe sobre ello. Es como si yo escribiera sobre la II Guerra Mundial. Puedo hacerme una idea de cómo fue, pero jamás lo sabré realmente. Nunca habré matado o muerto por ello ni sabré qué pasó desde dentro.
Y vosotros tampoco, a menos que os haya tocado mi particular lotería.
Cada uno tenéis vuestras dotes a mi sentir. Mi objetivo es la perfección sensorial. Algo parecido a las imágenes que adjunto al presente escrito. Imágenes que me hacen rozar el nirvana, la catarsis. A eso añadidle cierta canción y podréis haceros una lejanísima idea de lo que soy. O ni eso. Odio a los cretinos. No tiene nada que ver, pero curiosamente la palabra cretino es azul. Mi novio es amarillo. Odio el amarillo.
Ahora es cuando caigo al túnel, ¿entendéis? Seguro que no.
Mañana si eso sigo. Estoy cansada, esto, parece que no, pero mata. Y si no, te vuelve loca.


PD: Odio los colores alegres. Como habréis notado, adoro el azul. Nunca sin negro.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Reflexiones navideñas Parte 1.

¿No os dan ganas de darle una leche al soldado que vuelve a casa por navidad? Vamos a ver, si llevas ni se sabe de tiempo por ahí en la mili, qué mínimo saludar a tu pobre madre. Que por cierto, ¿esa gente nunca se degenera? Llevan años y años siendo jóvenes y vivarachos.
Esa es otra, para vivaracho José Coronado, el hombre del eterno estreñimiento, el rey del WC, el poseedor del 90% de las acciones de Roca, el eterno caganet. Ese hombre tiene cáncer de colon ya, fijo. Me dan ganas de llevarle a un centro de desintoxicación, que ya se pasa de rosca con los yogures. Entre él y Jesús Vázquez con los Savia empieza a darme miedo abrir los productos Danone.
Otro anuncio que me mosquea es el de Ferrero Rocher. Los pobres no podemos ni mirarlo, según las señoras pijas que cada invierno nos deleitan con sus mansiones y sus ostentosas montañas de bombones llevados por camareros que… no sé, esos camareros tienen algo diabólico, son como el mayordomo de Tenn al que la dueña de la casa y sus amigas se quieren tirar. Ese anuncio parece una película erótica para niños, joder.
Eroski. Eroski despierta mis más irrefrenables y sádicos instintos asesinos. ‘’Hola, soy la O de los setenta’’ ¿DESDE CUANDO LA PALABRA SETENTA LLEVA ‘’O’’? Así pasa, que luego los niños de la vuelta al cole del mismo hipermercado hablan como si se hubieran caído de la cuna. Y la K de Eroski. Al menos ésta sabe hablar, pero no sé, ¿sabes? Que la mataba, vamos.

Una gran familia de spots publicitarios que no debería existir son los ‘’SOY, SOY SOY SOY’’, a los cuales quiero enviar un mensaje desde aquí: ¿No os dais cuenta de que estáis perdiendo clientes haciendo esa mierda de anuncios? Si sois tantos, por favor, dedicaos a hacer algo de provecho, si fuera tan eficaz vuestro seguro no estaríais perdiendo el tiempo gastándoos la pasta en marketing, que mira que sois cutres, que si un coche se estropea le mandáis un terapeuta.
Eso no convence. ¿Qué clase de cobertura es ponerle un paraguas encima al susodicho vehículo? Y habéis mancillado ‘’Eye Of The Tiger’’. Os odio.

Colacao Complet es acojonante y asombroso. El anuncio comienza con un niño que dice ‘’Mamá, no puedo máaaas…’’ y la madre le responde ‘’Si terminas todo eso, te daré tu Colacao’’ que, no sólo conformándose con ser el Colacao de toda la vida, lleva cereales, vitaminas y posiblemente incluso esteroides. El niño en cuestión se emociona y se termina la comida, y el maldito Colacao. Y NO SÓLO ESO, sino que se lo lleva a una excursión en las botellitas esas nuevas que han sacado. Carla Gómez, servidora, y supongo que toda mi generación, lo llevábamos en una botella de agua de las de medio litro sin mariconadas de esas.
Si alguien le ve sentido a este asunto del chaval, que me avise.

El mejor sinsentido televisivo es Cillit Bang, que quita la suciedad en un bang. La señora afirma ‘’llevo usando Cillit Bang desde siempre’’, y su casa tiene más mierda que el palo de un churrero. Por cierto, yo probé lo de la moneda. Un minuto: nada. Dos días: yo creo que estaba más sucia aún. Para salir en la tele, a la pobre moneda la doparon fijo.
En fin, el mundo de los anuncios me parece apasionante a la par que estúpido. Sospecho que habrá un universo paralelo en el que todos estos personajillos se unirán y vivirán en una comunidad opulenta y por lo que se promete, perfecta.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Por qué naces? Por qué vives?

Hola.
Hoy os voy a hablar de una serie penosamente horrible de éstas que Disney se saca de la manga de su anorak más hortera abandonado en el armario y que dura el maravilloso tiempo de 5 MINUTOS que serán los peores de tu ya de por sí asquerosa vida.

Pues la serie va de una chica que se llama Julia y es más fea que un pie, que la tía tiene veintipicos años, cara de yonki descarriada de la vida y pretende pasar por niña de 14 años, IMAGÍNATE, porque ya tiene arrugas y todo, y su hermano Teo, que es el típico personaje malísimo de hermano porculero de 15 años, aunque el tío ya tiene más pelos en sus partes que mi cuarentón padre, aunque al menos éste tiene 20 tacos ''nada más''.
No es digna de seducir a Mauricio Colmenero.
La trama es una puta mierda, que se desarrolla en parques en los que van a patinar, cosa que tampoco saben hacer e intentar endulzar sus insulsas vidas ligando con el cachitas, que, cómo no, es más retrasado que Harvey de Sabrina, aunque al menos Harvey estaba buenorro.
El empollón de turno es un pajero reprimido que está enamorado de la Julia ésta y parece el hijo bastardo entre Flipy y Rossy de Palma. Pero como a la guarrilla esta le gusta el cachas subnormal pasa de él. Teo y Julia tienen una hermana pequeña que les da mil vueltas y unos padres más tontos que los de Vaca y Pollo, y eso que no tenían ni cerebro debido a su pequeño problema de sólo existir de cintura para abajo.
Esa es otra, los actores son tan penosos que la única vía de escape es cambiar de canal si no quieres vomitar. Fuerzan al máximo y dan ganas de ir con un Kalashnikov alias AK-47 y volarles la maldita cabeza en nombre de Clint Eastwood. Algún día lo haré, pero no se lo digáis a nadie porque pueden huir estos pequeños personbajillos a propagar su especie y no queremos que pase eso.
En fin, que la serie es una cagada monumental y sospecho que la dirige la típica fan de Justin Bieber en celo.


miércoles, 27 de octubre de 2010

Battle Royale II: Réquiem.

Battle Royale II No tiene sentido.
La 1 es GENIAL, me encanta la idea de la novela y es la leche, pero ¿qué se le pasaba por la cabeza a Kinji Fukasaku cuando la hizo? ¿Había esnifado ColaCao?
Vamos a ver, para empezar, los efectos especiales. Ya en la 1 no eran apoteósicos, pero tampoco estaban mal. Aquí cambia tanto la cosa, son tan malos que parecen de dibujitos animados de los de mi infancia. Que a uno le explota la cabeza y parece un pegote rojo del Photoscape.
El argumento. El argumento es UNA MIERDA. Tiene frases que dices ''ooioioi qué bonita'', pero ese rollo ciudad de los niños de Fallout - Niños Perdidos de Nunca Jamás raya y no cuela.
El malo. El malo no es malo, es peor. Que aparte de las caras que pone, que parece Stallone en sus peores combates como Rocky, y que más que japo parece yankee, como actor es un desgraciao. Esa escena al final vestido de rugby, ese salto del tigre cual gata en celo que mi hermano y yo repetimos a cámaras lenta y rápida mil veces pues de patético resultaba tronchante. El tío comiéndose un bote de ¿pastillas? ¿Smint? con cara de loco mientras su general flipaba pepinillos... vaya grima.
Otra, el protagonista. Antes ya era majete, sensible, un niño, vaya. Pero en Afganistán, no haciéndose más hombre, se convierte en un gayer magistralis. Que parece eso un refugio de las hermanitas de la caridad, coño.
¿Y el grupo BRII? Acojonante, una clase entera de Visual Kei frustrados y con falta de sexo. Que me parece genial que los manden a la Battle, menos en el mundo, pero eso ya se pasaba de rollo Tokyo Hotel. Y todos, cómo no, se llevan bien, cosa que creo jamás existirá. Que el japo de los pelos es el hermano bastardo del negro de High School Musical, pardiez. Y la ''hija'' de Takeshi Kitano más que emo es retarded perdida.
En fin, podría decir mil y un WTFs más, pero tengo sueño.
Os recomiendo Battle Royale I si os mola el rollo sangriento, que le he puesto su 7 en Filmaffinity. Esta, la II, creo que tiene un 3'6, que ya os digo, es una putha mierda, pero tiene algo que te arranca la risa y cautiva.
HOYGAN MIS HOJOS
Eso sí, yo no la vuelvo a ver.